Rompiendo mitos: La Inteligencia Artificial como herramienta de apoyo en la enseñanza
Por: Gabriel Vera, CEO de Wited
23/05/23
La automatización es un proceso que ocurre tan a menudo, que no nos damos cuenta cuando estamos frente a una de sus manifestaciones. Algo distinto ocurre con la Inteligencia Artificial, herramienta que, de algún modo, despierta temores y suele predisponer a pensar en que, en algún minuto, las máquinas resolverán independizarse y vivir bajo sus propias reglas.
Recientemente, una carta firmada por más de mil científicos y personeros ligados a la tecnología pedía una moratoria en el desarrollo de la IA de, al menos, seis meses.
Los temores sobre la IA se han exacerbado especialmente al hablar de la educación actual y futura. Esto ha tenido sustento, entre otras razones, porque desde algunos ámbitos se postula que su masificación podría lesionar la privacidad o habilidades como el trabajo en equipo, la resolución de conflictos, la creatividad o el pensamiento crítico.
La clave en esta discusión es un “equilibrio satisfactorio”. ¿De qué manera se podría llevar a cabo? La Inteligencia Artificial puede ser un aporte significativo en el proceso formativo a partir de las características propias de cada niña, niño o adolescente. La extracción de datos sobre alumnos y alumnas puede identificar problemas como el bajo rendimiento escolar o el abandono de clases, lo que podría reforzar el aprendizaje personalizado. También podría ayudar en tareas repetitivas, como la gestión de la asistencia o la recopilación de datos en libros
Las y los docentes no tienen por qué ver mermada su intervención en el aula con este tipo de herramientas. Al contrario, la IA debe ser cuestionada y supervisada con foco en la oportunidad para abordar de una mejor manera el proceso educativo.
La tecnología no es mala de por sí, siempre y cuando seamos conscientes de que hay que elegir la mejor manera para adoptarla en nuestra vida de manera eficaz. El peligro de que alumnos y alumnas hagan trampa con trabajos elaborados en colegios y universidades es un riesgo que existe desde mucho antes de la llegada de la IA. La Inteligencia Artificial puede ayudar a uno de los grandes desafíos de la educación actual, que es ya no sólo estar atentos a las notas, sino que generar aprendizajes múltiples.
La educación ya sobrevivió a la calculadora, al Rincón del Vago, a Google y Wikipedia, por lo que su fortaleza no estará amenazada, esta vez, por una Inteligencia Artificial.